Partiendo de la compra, no con poco esfuerzo, de una antigua fábrica embotelladora y otrora herrería y
carpintería de Manacor, situada en la emblemática calle Fábrica de la capital de Llevant, la Asociación
pro-salud mental de Manacor “Estel de Llevant” iniciaba un sueño en forma de reforma de ese antiguo
edificio catalogado, emblema del patrimonio industrial del municipio, para convertirlo en lo que ellos
imaginaban como una “fábrica de salud”. Debido al gran crecimiento y auge de dicha asociación, y
gracias a la gran labor de mejora de la salud e integración social de las personas con problemática en
salud mental, su antigua sede se había quedado pequeña y obsoleta.
Es por esto que soñaron con reformar
este espacio y mimarlo hasta convertirlo en lo que es hoy día. Fue un honor que confiaran en mí para
acometer ese gran sueño en forma de proyecto. Al principio nos encontramos con una antigua fábrica
prácticamente en ruinas, que había sufrido el desplome parcial de su torre pocas semanas antes de
acometer el inicio del proyecto.
El punto de partida, llevado hasta el final de la obra, fue el respeto por las
preexistencias y el valor patrimonial del inmueble. Es por esto que se optó por una creación de espacios
versátiles, que pudieran acoger de forma ágil y versátil los diferentes usos que acoge la asociación, desde
el centro de día hasta la inserción laboral, pasando por zonas de talleres, familias, asistencia psicológica,
etc. El edificio plantea la colocación de 3 patios estratégicamente distribuidos, que además de bañar de
luz el espacio enfatizan la torre, recuperada gracias a esta obra, desde el interior del mismo.
Los
materiales son austeros y la volumetría contundente. La fachada respeta el marés y el típico frontón y
arcos de las antiguas construcciones industriales de finales del siglo XIX y principios del XX. La
combinación de materiales como el tablero de OSB, la madera natural, las vigas y cerchas de madera y
hierro existente y la recuperación de las baldosas hidráulicas procedentes del desplome de los antiguos
forjados, junto con los sueños de los usuarios del centro, hacen el resto.